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El 15 de septiembre no encontré mejor forma de celebrar la independencia nacional que irme a meter a un partido de rugby. Sí, no hay nada de mexicano en eso pero de que se puede gritar, se puede y mucho, y eso ya es cumplir con la tradición tricolor.
El encuentro fue entre Australia (Wallabies) y Argentina (Pumas). Fue un encuentro histórico pues por primera vez, iniciando este 2012 Argentina se une a las potencias del rugby del hemisferio sur Australia, Sudáfrica y Nueva Zelanda en un torneo anual anteriormente conocido como el de las Tres Naciones.
Argentina en el rugby esta en el proceso de dejar de ser conocido como el “ya merito” para ser un consistente contendiente a las más altas posiciones en el rugby mundial (un tercer lugar en un mundial lo avala). ;Hoy por hoy Los Pumas es el tipo de rival que incomoda hasta al más peliagudo wallabie, springbook o all black, es un rival incomodo, que indigesta y cada vez es menos sorpresa que le gane a los grandes.
Con esa expectativa nos paramos en el Skilled Park. La Ariana Madre y yo la teníamos claro, apoyaríamos a los argentos, pero para mi sorpresa el Charrumaco no pestañeo en inclinar sus lealtades a los occidentales del Rio de la Plata, (aclaración pertinente, él nunca se ha dejado influenciar por ningún tipo de preferencia materna y/o paterna). No se preocupó ni se esmeró a darme muchas explicaciones a mis reiterados “por qué?” Todo lo dejó en un, “no me gustan los Wallabies."
Con todo y todo, cantó el himno australiano de la ‘a’ a la ‘z’ a todo pulmón, y con esos mismos pulmones lloró la desperdiciada ventaja de 13 puntos de Argentina. Al escuchar el silbatazo final que capitulaba el encuentro 23 a 19 a favor de los Wallabies, el Charrumaco era todo llanto. Sólo en ese momento me di cuenta que su preferencia era auténtica.
Todos en la tribu tenemos conocimientos muy limitados del rugby, en este caso del rugby unión, y es que fíjese estimado lector que hay mas de uno pero no me meteré en ese campo, al menos no aún.
Pero con todo y eso sus servidores, canito y canuto, nos enganchamos y al menos uno siempre llora la derrota del equipo favorito. La tercera en discordia, estoy seguro que solo observa y se entretiene secretamente al vernos pasar ida y vuelta de la apoteosis al valle de lágrimas deportivo. Con todo y todo, me encanta el rugby.
Fotos disponibles en flickr. ;
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