Son esos gustos que uno ya trae incorporados y que a medida que uno crece va perfilando nuestra escala de valores, influye en nuestra toma de decisiones y por supuesto forma parte inherente de nuestra personalidad. En este particular caso hablo sobre mi gusto y enferma dependencia por la tecnología.
Mi madre lo resumió muy bien en una de mis cada vez mas distanciadas visitas al retoño familiar "Ya llegó este wey con su cablerío".
Parte por este gusto fue que estudie Ingeniería en Sistemas lo cual me ha ayudado a sacarle jugo a este maravilloso invento del Internet. Es mas, es gracias a Internet que recibo mi "raya" y ofrezco algo a la mesa y de ser posible a la humilde cava ( no hay un vino y las cervezas no duran mas de un fin de semana).
En el gusto por la tecnología todo suena muy bien hasta que tienes esa necesidad de adquirir esa última cámara digital, la tv con 3D, la laptop con nuevo procesador, el receptor de audio y video con 8 entradas HDMI y para resumirlo rápido el último adonis hecho producto tecnológico de Apple.
Claro que esos deseos son en la mayoría de los casos, sueños guajiros que se alargan hasta el último pensamiento del día. Ahí estoy pensando que cables me harían falta para interconectar el amplificador con la tv y el dvr que no poseo. Y así me puedo pasar el día y la noche imaginando los mejores equipos, empotrados en ébano a un lado de mi poster de Lyn May en mi imaginario home cinema room, donde solo los osados pueden entrar a ver partidos en HD en True DTS y por si fuera poco en 3D y por supuesto con acceso independiente a la cava. Así me imagino el último bastión masculino.
Algunas raras ocasiones, y en frecuencias que se pueden contar por una vez cada década, me alcanza la quincena para reemplazar algún equipo que queda simplemente obsoleto. Así fue que ese romance que tuve por mas de 8 años con mi receptor A/V de Pioneer será ahora sustituido por un flamante Yamaha RX-A3000.
Sin exagerar el proceso de análisis duró 12 meses (mismo tiempo que duro la rogadera para la autorización), ya lo tenia planeado como auto regalo de cumpleaños hace un año, pero hasta hoy se me hizo.
Sí, ando feliz como una lombriz con el nuevo traste, pero claro el verdadero potencial del aparatejo solo puede ser explotado con nuevas bocinas. Así que ha rogar se ha dicho, un nuevo ciclo inicia. Raza mandil se acepta la buena vibra.
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