Praga la Vieja

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Tan solo tardé 14 años para que el destino laboral me llevara a la ciudad que siempre quise ir desde la primera vez que me dijeron que la oferta de trabajo requería viajar al extranjero, este verano boreal finalmente pude hablarle de tú a Praga.

Desde aquellos días de añoranza de conocer esa república siempre rebelde ante la Unión Soviética ha llovido mucho, de hecho en el proceso dejó de ser Checoslovaquia para ser solo Checa, República Checa para ser mas precisos.

Como las expectativas eran altas, la primera impresión no fue la que esperaba y sin embargo me pasó algo muy especial en mi estadía en Praga, cada día que pasé en esta ciudad me gustó más.

Verano en Europa del Este no se toma a la ligera. La gente esta con humor jovial, con ánimos de gozar el sol y si le sumas que coincidía con la Eurocopa de fútbol las variables en la fórmula eran perfectas. Calor+Futbol+Cerveza = YoFeliz.

Durante esa semanita en Praga fui testigo del estilo casi azteca de tirar penales por parte del conjunto Inglés, de la azorada semifinal que le ofreció Portugal a España y confirmé que Italia juega siempre mejor que nunca cuando es contra Alemania.

Todo esto fue entre reuniones de trabajo in-situ y desvelos atendiendo los deberes del huso horario australiano, es decir más de lo mismo.

Pero como de trabajo y fútbol no vive solo el hombre, me las arregle para extenderles las horas a la semana y logré patear piedras por las calles checas, calles que respiran una combinación medieval y ex comunista como siempre la había imaginado. Praga será vieja, pero atractiva como ella sola. Fotos en el álbum sur.