F1 Melbourne

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Se llegó otra cita con el destino y humildemente dicho con la buena planeación. Con boletos en mano, desde julio del 2012 había hecho las reservas de vuelos y habitaciones para marzo del 2013, una vez más en Melbourne pero el evento no era tenis, era mi (nuestra) inauguración en Fórmula 1.

Generalmente hago camino exploratorio antes de involucrar a la tribu en andanzas como esta pero una ingenua confianza ciega los llevó a seguirme los pasos en un nueva aventura deportiva.

Existe una palabra que por un tiempo se puso muy de moda en México se escuchaba muy frecuentemente en el ámbito político y por ende en la prensa al citarlos. No encuentro mejor palabra para describir porque terminé en marzo del 2013 en Melbourne viendo el inicio de la temporada de la Fórmula 1, la palabra mágica es “coyuntural”.

Es coyuntural, que hay dos mexicanos por primera vez en muchos años en la Fórmula 1, es coyuntural que uno de ellos está en uno de los equipos mas competitivos del máximo circuito y es coyuntural que Melbourne está a 2 horas de avión de mi casa. Sin embargo, admito que no es coyuntural mi enferma obsesión de envolverme en el lábaro patrio cuando el orgullo y la ambición deportiva mexicana me pasa de cerca ( y a veces también de lejos). El punto que era una cita deportivamente histórica que no podía dejar pasar.

Exáctamente 6 semanas después del Australia Open, estábamos de regreso en Melbourne. Esta vez dejamos las raquetas y nos enfundamos en camisas llenas de patrocinadores, los colores de pelea eran los de McLaren por Sergio Perez y los de Sauber por Esteban Gutierrez.

Siendo nuevos en el mundo del automovilismo paso unos pequeños tips si quieren asistir a este evento en Australia, aunque algunos aplican para cualquier parte del mundo. Estos son los mandamientos:

– Primero, será ruidosamente insoportable, necesitarán protectores para los oídos sin excepción, si van con niños que sean de los mejores.
– Segundo, caminarás y caminarás, si quieres vivir el evento. Afuera de la pista hay mucho por ver y hacer. Conciertos, acrobacias, exhibiciones, comida y bebida.
– Tercero, irás preparado a todo tipo de clima. Esto no es por la carrera per se. Esto es Melbourne.
– Cuarto, pagarás el doble por los insumos adentro. Sí también acá abusan del bolsillo del fanático.
– Quinto, hospédate en un hotel a contramano del centro de Melbourne. Fue nuestro caso y podíamos estar de regreso en nuestras habitaciones en 30 mins.

Siendo la primera vez quisimos vivir la experiencia a plenitud. Esto tuvo su precio y nos fumamos la lluvia y el frío del sábado. Cuando todo mundo había abandonado esperanzas el charrumaco y yo habíamos arrastrado a la Ariana Madre a un día de helada, hambre y ventosa humedad que terminó con la cancelación de la sesión de calificación. Nada bueno para poder impresionar y negociar un futuro retorno.

Los resultados deportivos ahí quedaron, no hubo mucho para festejar pero la experiencia la vivimos a plenitud de jueves a domingo. En lo familiar fue una linda experiencia a pesar que nuestro barrio de hospedaje me hizo ver el primer travesti en Australia en 5 años. EL charrumaco solo apuntó a decir, mira mamá ahí va una suripanta. Entre eso y recomendar a la Adriana Madre un modelito de una vitrina de un adult shop asegurándole el éxito en la sociedad Queenslander, no hubo mayores daños a la moral.

Con todo y todo, así de trompicado, quedé picado y el destino me puso en el plato otro gran premio esta vez en Shanghai, título del siguiente post. Después de todo no le pido a Dios que me de sino que me ponga donde hay o como dirían los políticos en México es tan solo coyuntural.

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