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En este país amante de los deportes y competencia en general, es tradicional que en enero se respira, se come y se vive tenis. Aunque Australia esta lejos de sus días de gloria, los aussies son grandes aficionados al deporte blanco no por nada son anfitriones de uno de los cuatro torneos más importante de este deporte en el mundo, el Australia Open.
Habiendo asistido por primera vez en el 2010 quería repetir a toda costa la experiencia. Los planes iniciaron con 9 meses de anticipación. En mayo del 2012 pagué boletos de avión y la estadía en Melbourne. Con el aprendizaje de haber estado 3 años antes me registré (pagando su respectiva cuota) en la Asociación Australiana de Tenis, todo esto para tener acceso a la compra de los boletos en Agosto, anticipándome 2 meses a la venta al público que es en Octubre. El plan era sencillo la Ariana Madre, el Charrumaco y un servidor iríamos a los cuartos de final, que es el martes y miércoles de la segunda semana del torneo. Con esto me aseguraba ver a los mejores 8 en ambas ramas, varonil y femenil. Adicionalmente por mi cuenta había comprado boletos para la sesión vespertina del domingo y todo el día del lunes anterior a la sesión de cuartos de final. Fueron 4 días donde mi hogar fue el Rod Laver Arena, la cancha central del torneo.
Sólo puedo decir que cada dolaruco invertido valió la pena. El domingo llegando me recibió Djokovic y Wawrinka con un partido de 5 sets y 5 horas. Que poca consideración de gente de tenernos con el alma en vilo hasta las 1:45 am. Pero es uno de esos lindos placeres masoquistas que te ofrece el tenis. Hubo otro par de partidos a 5 sets entre Roger Federer contra Jo Wilfried Tsonga y entre dos miembros de los llamados “Armada Española”, David Ferrer contra Nicolas Almagro, todo un deleite ambos encuentros. En la rama femenil vimos como una “picudita” jovencita de 19 años, Sloan Stephens, se echó al plato a su ídola Serena Williams en 3 peleados sets donde hubo de todo incluido un tremendo berrinche de la Williams al destrozar la raqueta en medio de su frustración. Es que el tenis tiene eso, no puedes culpar a nadie, si pierdes es solo por tu culpa, por tus propios errores o porque simplemente tu contrario es mejor que tu, (generalmente es combinación de ambas cosas). Abajo el video de la escenita brindada por la Williams.
La Ariana Madre y EL Charrumaco aguantaron estoicos las largas jornadas, en los reducidos espacios del Rod Laver Arena. Para mi sorpresa el “señorito” no se quejó de los 3 kms que caminábamos en cada su ida y su vuelta desde el hotel . Vale decir que la caminata era a lo largo del Rio Yarra así que había para entretenerse.
Sirvió el campamento deportivo que el charrumaco tuvó en las 6 semanas previas, una de ellas incluyó un intensivo de tenis. Eso de dejarlo a las 8 de la mañana y recogerlo a las 5 pm pagó frutos. Claro que el primer día de la semana al recogerlo después de un día de 36 grados, lo vi sentado acomodando pelotas de tenis en una canasta, al ver que me acercaba, apenas levantó el rostro y me lanzó una mirada con un movimiento de reprobación que leí como “que poca madre la tuya de abandonarme todo el día en este calor”. Con todo y todo en la mañana siguiente estaba de pie y listo para ir de nuevo.
Esos campamentos de tenis y los partidos que fuimos en el torneo del Brisbane International donde asistieron 8 de las primeras 10 del ranking femenil y el campeón del US Open Andy Murray marcaron el camino para Melbourne.
Es literalmente un lujo tener cerca tales eventos deportivos y aunque es una actividad lúdica ha ayudado mucho a la adaptación en esta vida austral. No hay dinero para volver cada año, pero si hay salud y disposición de él de arriba, volveremos.
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